Cuando has notado que tienes un exceso de peso,
seguramente, culpas a la comida solamente, o a las calorías, pero es
posible que algunas cosas que hacemos y estamos acostumbrados, pueden estar
haciéndonos ganar peso sin siquiera sospecharlo. La buena noticia es que, si reconocemos estos hábitos, es
más fácil combatirlos y ponerles fin, en pro de una mejor salud.
1 Mal dormir
No todas las personas saben que dormir mal puede provocar
que ganemos peso, la razón es que durante el sueño nuestro cuerpo se recupera y
restaura su energía, así que cuando nos hemos desvelados, tenemos ganas de
ingerir alimentos ricos en azúcares para sentirnos “despiertos” y con más
energía, por si fuera poco, esta energía dura poco y es muy posible que sin
darte cuenta, esos días que no duermes bien, estés comiendo alimentos
hipercalóricos todo el día. Es importante procurar un buen descanso,
apégate a horarios para conseguir dormir lo suficiente a diario.
2 Estrés
Este culpable puede no ser tan desconocido, pues seguramente
muchos de nosotros hemos podido relacionar el aumento del estrés con la
ganancia de peso, aunque es normal, esta situación es muy poco deseable,
por lo que es aconsejable evitar situaciones estresantes y tratar de reducir
los efectos del estrés en nuestro organismo. Algunas estrategias para combatir
el estrés incluyen la práctica de ejercicios de respiración y masajes
relajantes anti estrés.
3 Comer viendo la TV
Sentarnos frente a la tv con un plato lleno de frituras
nunca es buena idea, y es que cuando mantenemos a nuestro cerebro distraído,
existe la posibilidad de que comamos en exceso porque no estamos “registrando”
lo que comemos. Nunca debemos comer mientras estamos concentrados en otra
actividad, a menos que esa comida sea planificada y en porciones, de lo
contrario, fácilmente podemos caer en un exceso. Si bien la tv es el típico
caso, existen otras actividades que pueden distraernos mientras comemos y
provocar que comamos más.
4 No servir tu comida
Si eres de los que acostumbran comer directamente del
paquete o envase, ¡cuidado! Es muy difícil tener una idea de la
cantidad de alimento que comemos de un paquete, y lo que es peor, aun cuando
desconozcamos la cantidad, nuestro cerebro puede no “registrar” esta ingesta,
es decir, que podemos sentir como si incluso no hemos comido nada. Expertos
aconsejan siempre servir en un pequeño plato o vaso los alimentos antes de
ingerirlos.
5 Utilizar platos grandes
Cuando nuestros platos son grandes es muy probable que
nuestras porciones sean también más grandes, por lo que terminamos ingiriendo
más calorías. Además, una ventaja de utilizar platos más pequeños es que
visualmente lucen “llenos” con porciones más pequeñas, lo cual puede favorecer
nuestra saciedad.
6 Ver anuncios de comida
Uno puede llegar a pensar que los anuncios en la tv, o en la
red o en cualquier parte que involucre comida realmente no afecta nuestro
apetito, pero sí, cuanto más expuestos estamos a este tipo de publicidad,
más probabilidades tenemos de comer en exceso, por ello es importante
limitar nuestro tiempo de exposición a estos medios.
7 Comer fuera de casa
La comida casera es normalmente considerada más saludable
porque los alimentos que elegimos para su preparación suelen ser de mejor
calidad frente a los que se utilizan en alimentos comerciales, pero también
es importante tener en cuenta que cuando comemos fuera de casa, tenemos una
mayor tendencia por elegir alimentos poco saludables, pues basamos nuestras
decisiones en el costo, el sabor y a veces también en la practicidad, más que
en un criterio saludable.
8 Consumo de alimentos light
No, no es una contradicción, si bien tenemos la creencia
de que los alimentos light nos pueden hacer adelgazar, los expertos coinciden
en que pueden ser un arma de doble filo.
Al saber que un alimento es light, es fácil que concluyamos que podemos comerlo
sin culpas, y caer en excesos que de todas formas van a perjudicar nuestro
peso. Por otro lado, algunos alimentos light pueden en realidad provocarnos
apetito indirectamente, por lo que al final, si su adición a nuestra dieta no
es adicional a otros esfuerzos de adelgazamiento, pueden resultar
contraproducentes.
9 Mala hidratación
Beber poca agua o líquidos puede ser la causa de que ganemos
peso, no sólo porque esto da lugar a la retención de líquidos, sino también
porque el metabolismo cuando no hay una buena hidratación puede no funcionar de
forma óptima. Además, la falta de líquidos en nuestra dieta puede provocar
la acumulación de toxinas en nuestro organismo, que a la larga, afectaran
nuestra salud y metabolismo.
10 Saltar tiempos de comida
Cuando nos saltamos la cena, o el desayuno o alguna comida
durante el día, y especialmente frecuentemente, podemos llegar a la conclusión
de que vamos a adelgazar por el déficit de calorías que esto puede causar, sin
embargo, lo que desconocemos, es la cantidad de calorías que consumimos en
exceso en otros tiempos de comida debido a la ansiedad que el ayuno prolongando
puede provocarnos. Por otro lado, cuando pasamos demasiadas horas sin
alimento, nuestro cuerpo a la larga tiende a desacelerar el metabolismo, como
mecanismo de defensa, lo que se traduce a una mayor ganancia de peso.
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