¿Se puede hablar con el cuerpo?

Si, y tan bien que lo dicho mediante el lenguaje corporal suele merecerles a los interlocutores más credibilidad que lo manifestado de palabra. Por ejemplo, cuando uno dice "SI" con no demasiado aplomo y meneando al mismo tiempo la cabeza, el oyente interpretará que quiere decir "NO" en realidad, solo que no se atreve.

El Lenguaje Corporal es el más antiguo del mundo. Comprende la mímica facial, los ademanes, las actitudes y los movimientos corporales. Además ha demostrado que es bastante internacional. Si se le caen a uno las comisuras de la boca, en todo el mundo lo entenderán como expresión de tristeza, por muchas manifestaciones verbales de alegría y optimismo que prodigue. La inversa también es cierta; si uno pone cara de alegría nadie creerá que esté demasiado afligido por ningún duelo que le haya sobrevenido. Nuestras posturas, los movimientos de brazos y piernas, la expresión de los ojos, los gestos de las manos, dan cuenta de nuestra VIDA INTERIOR, de los temores y deseos que nos mueven.

Unos ejemplos: La cabeza mantenida en postura ligeramente inclinada significa "No llevo malas intenciones", y la persona que se lleva las manos a la cara cuando le tocaba decir algo, traiciona con ese gesto su inseguridad. El ademán de rascarse el cuero cabelludo le dice al interlocutor; "He de pensarlo y necesito un poco de tiempo".

Las posturas que uno adopta al sentarse tampoco son indiferentes. El que se deja caer un poco descolgado y balanceando los brazos manifiesta contento y relajación total. El que estira las piernas, apoya las nalgas en el borde delantero del asiento y cruza un pie por encima del otro, está diciendo con claridad; "¡A mi qué me importa nada de eso!".

Por estas razones hay cursos especiales de "Expresión Corporal y Microexpresiones" como los que periódicamente dicto para enseñarte a utilizar ese lenguaje de manera consciente, pero para el dominio absoluto requiere de varios niveles y prácticas constantes porque tan pronto como nos dejemos llevar por la cólera o el exceso de celo, se pierde el control y se olvida todo lo aprendido. No hay más que observar las discusiones entre políticos. Estos profesionales, como los actores, aprender a controlar perfectamente todos los detalles de sus intervenciones públicas. Y sin embargo, cuando se enciende la polémica traicionan su estado de ánimo enviando gran número de señales: una una comisura de la boca que se crispa indicando la cólera reprimida, una vena que se hincha en la sien, etc. Y la televisión nos enseña que no es raro el llegar a las manos en la discusión parlamentaria.

La cuestión es muy compleja para explicarla en pocas palabras. He dejado fuera de esta explicación muchas posibilidades expresivas como la risa y el llanto. Tendemos a creer que son fáciles de interpretar en cuanto a su significado, y sin embargo, el ejemplo de las lágrimas nos indica que no es así, porque las lágrimas pueden expresar estados de ánimo muy diferentes, desde la pena o la rabia impotente, hasta la alegría y la felicidad. La risa puede ser signo de júbilo y buen humor, pero también hay risas despectivas y sarcásticas. Incluso la persona atemorizada o que está pasando por un trance muy desagradable para ella, puede reaccionar con una hilaridad totalmente inoportuna en la circunstancia; para disimular o, por puro nerviosismos.

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• ¿Ríe uno siempre de la misma manera?
• Cómo se detecta una sonrisa forzada.
• El movimiento de las cejas y de los ojos.
• Porqué gesticulamos mientras hablamos por teléfono.
• Las palabras "de más" que producen reacciones exageradas.
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